Excelentes Diseños de la Naturaleza
Los ingenieros navales no podrán conseguir jamás un diseño de embarcación tan perfecto como resulta un delfín. El hombre, a pesar de estar considerado como el ser más inteligente de los existentes sobre el planeta es incapaz de superar en sus ingenios navales las facultades de un delfín.
Estos mamíferos marinos, excepcionales por su inteligencia, capacidad y talento, tienen además un diseño físico que les permite alcanzar unas velocidades en el agua insospechadas para un cuerpo de su peso y volumen.
Estos mamíferos marinos, excepcionales por su inteligencia, capacidad y talento, tienen además un diseño físico que les permite alcanzar unas velocidades en el agua insospechadas para un cuerpo de su peso y volumen.
El delfín es uno de los animales más veloces del mar. Existen relatos de marineros que aseguran haber visto a los delfines alcanzare velocidades de 130 kilómetros por hora. Pero los estudiosos afirman que la velocidad máxima de estos mamíferos se encuentra en los 50 kilómetros por hora. En cualquier caso las bandadas de delfines pasan con facilidad a los buques cargueros y a los trasatlánticos que surcan las aguas.
Los científicos de todos los campos fisiólogos, biónicos, hidroacústicos, ingenieros navales y oceanógrafos se han volcado al estudio de estos animales con la intención de averiguar a qué se debe su increíble capacidad en el agua.
Analizada al microscopio, la piel del delfín presenta una peculiar estructura que, al tiempo que actúa como amortiguador, hace que los pequeños remolinos que envuelven al delfín lo aíslen del agua que pasa junto a su cuerpo. La explicación del fenómeno es simple: a altas velocidades se produce una gran parte de fricción en la superficie del cuerpo como consecuencia de las turbulencias del medio ya sea agua o aire. A velocidades similares a las alcanzadas por el delfín, la piel elástica cede ante los torbellinos y reduce así el efecto de freno.
Después de este descubrimiento Kramer ideo la piel sintética del delfín, el ‘laminflo’, para cubrir con ella las embarcaciones y lograr mayores velocidades. La intuición de Kramer se confirmó plenamente: en los barcos cubiertos con ‘laminflo’ la resistencia del agua fue menor y además se comprobó que el ’laminflo’ alcanzaba su mayor eficacia a los 40 – 50 kiilómetros por hora, la misma velocidad máxima de los delfines.
Fuente | Revista Muy interesante
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