viernes, enero 19, 2024

LA PARASHITA BO

PORCIÓN BÍBLICA SEMANAL 🍕 PARASHA BO Shemot (Éxodo) 10:1-13:16 Haftará Irmeiá (Jeremías) 46:13-28 Por Rabino David Amar Tomado por Yazmin con permiso para Comunidad TORAH es Vivir 🕍 WhatsApp: +972 537504432 La Loto 🔯 “Dijo el Eterno a Moisés: Ve al Faraón, porque Yo he endurecido su corazón y el corazón de sus siervos, para manifestar estas mis señales en medio de ellos, y para que cuentes en presencia de tu hijo y del hijo de tu hijo lo que Yo hice en Egipto, y las señales que obré en medio de ellos, a fin de que vosotros sepáis que Yo soy el Eterno. Y vinieron Moisés y Aarón al Faraón y le dijeron: Así ha dicho el Eterno, el Elohay de los hebreos: "¿Hasta cuándo rehusarás humillarte delante de Mí? Deja ir a mi pueblo para que ellos me sirvan; porque si tú rehúsas aún dejar ir a mi pueblo, he aquí que mañana traeré langostas dentro de tus límites, las cuales cubrirán la faz de la tierra, de manera que no podrá verse la tierra; y comerán el residuo de lo que escapó, lo que os quedó del granizo; y comerán todo árbol que os crece en el campo”. Esta parasha cuenta las 3 últimas plagas que sufren los egipcios. HaShem le dice a Mosheh “Ve” a Paró (Faraón). Los jajamin explican que Mosheh tiene temor de Paró, pues este lo amenazó diciéndole que no lo quería volver a ver, de lo contario, lo asesinaría, por lo cual, el Eterno no le dice “Vaya”, sino “Ven Conmigo”, no te preocupes, que Yo estaré presente. HaShem le explica a Mosheh, que es ÉL quien ha endurecido el corazón de Paró, para no dejar salir a los benei (hijos) de Israel. HaShem hacía como un juego con el corazón de Paró. Los egipcios consideraban que Paró era un dios. En Egipto no llovía, pero cuando Paró entraba al río Nilo, este subía su caudal, con lo cual, ocasionaba que los egipcios, se asombraran de ese acontecimiento y afirmaran su creencia de que era un dios, un hombre santo. El Eterno le dijo a Mosheh, que había creado a Paró con muy baja estatura (aprox. 70 cm), con una barba muy larga que podía barrer el suelo. HaShem deseaba que los egipcios cambiaran la percepción que tenían de Paró, degradándolo, mostrándoles su maldad, sus malas cualidades. La Torah explica que todos los milagros que HaShem hizo en Egipto y en el desierto, tienen el objetivo de mostrarle al mundo que ÉL, es Elohay Altisimo y que hace milagros para Su Pueblo. Pero para los egipcios originó todas las plagas y con ellas trajo todo el dolor y sufrimiento. Por lo tanto, la mitzvá (precepto) más importante en la Fiesta de Pesaj, es “Lel HaSeder” (Orden), la narración de la salida del Pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto. La mitzvá más importante, es la narración de los milagros de HaShem. Es más importante, incluso que comer matzá (pan sin levadura), pues, la narración toma más tiempo y es necesaria para que el mundo sepa lo que ocurrió. Ingerir matzá, se hace en un tiempo inferior y puntual. Esa noche de Pesaj cuando se narran los acontecimientos ocurridos en cada casa judía, HaShem desciende a la tierra con millones de ángeles que han acusado al Pueblo judío, a escuchar la “Hagadá” (narración), con lo cual, les impele a escuchar lo que se cuenta de ÉL, por parte de Sus hijos. Mosheh le dice a Paró que deje salir a su Pueblo, de lo contrario, se desencadenará la plaga de langostas (8ª plaga), que consumirá todo lo que encuentre a su paso, tanto en el campo, como en los lugares de habitación. En la cocina, en la cama, en los alimentos, en el baño, etc. “E hicieron volver a Moisés y a Aarón a la presencia del Faraón, y él les dijo: Id, servid al Eterno, vuestro Elohay. Mas ¿Quiénes y quiénes son los que han de ir?” 10:8 Paró manda a buscar a Mosheh y Aarón, pues su pueblo está sufriendo y les pregunta que quienes irán a adorar. Él desea que sea un grupo pequeño el que vaya a servir a HaShem y que regrese a trabajar para él, pero Mosheh le respondió que irán todos, incluidos los animales. “(Por eso), no hagan así; id vosotros, los hombres, y servid al Eterno, pues esto pedisteis. Y fueron echados de la presencia del Faraón”. 10:11 Faraón le dijo que irán solo los hombres, los demás se quedarán en Egipto, sin embargo, Mosheh le responde que irán todos, lo cual causó controversia (majloket) entre lo que deseaba el faraón y lo que decía HaShem a través de Moshéh. Le advierte que si no lo hace de esa manera, habrá una nueva plaga. Mosheh y su hermano Aarón, abandonan el lugar. “Y el Eterno dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto a fin de que suba sobre la tierra de Egipto la langosta y coma toda la hierba del país, todo lo que dejó el granizo. Y extendió Moisés su vara sobre la tierra de Egipto, y el Eterno dirigió un viento de oriente hacia el país todo aquel día y toda la noche. Y cuando llegó la mañana, el viento de oriente transportó la langosta. Y subió la langosta sobre todo el país de Egipto, y se posó en todos los límites de Egipto. (La plaga era) muy grave; antes de ella nunca hubo langosta como ésta, ni después de ella habrá igual. Y cubrió la faz de todo el país y se oscureció la tierra; y se comió toda la hierba de la tierra y todo el fruto de los árboles que había dejado el granizo; y no quedó nada verde en árbol ni en planta del campo en toda la tierra de Egipto. Se originó una gran oscuridad, debido a la gran cantidad de langostas que invadieron el territorio egipcio. Estas langostas consumieron todo a su paso. Acabaron con todo el alimento que había quedado de la plaga de granizo”. 10:12-15 Hay una historia que sucedió en la época del Arizal (Ari HaKadosh): un día daba clase de Torah a sus alumnos y al final, les anunció que al otro día habría una plaga de langostas, ocasionada por la indolencia de los habitantes del pueblo, pues había un Rabino y su familia que estaban pasando por un período de escasez y de hambre y nadie se había conmovido con ellos. El Rabino estaba muy triste y clamaba al cielo. HaShem escuchó su queja y decretó una plaga de langostas para ese lugar. Los alumnos del Ari, pidieron su dirección y se dirigieron a ayudarlos supliéndole trabajo y alimentos para toda su familia, con lo cual, el decreto de la plaga fue revertido.
El egoísmo hacia el prójimo promueve la escasez de alimento. “Se apresuró el Faraón a llamar a Moisés y a Aarón y dijo: ¡He pecado, contra el Eterno, vuestro Elohay, y contra vosotros! Ahora pues, perdonad por favor mi pecado solamente esta vez y suplicad al Eterno, vuestro Elohay, que aparte de mí sólo esta muerte. Y él salió de la presencia del Faraón y oró al Eterno. Y el Eterno hizo tornar un viento occidental muy fuerte, que alzó la langosta y la echó al mar Rojo, y no quedó ni una langosta en todos los límites de Egipto. Mas el Eterno endureció el corazón del Faraón y él no dejo ir a los hijos de Israel”. 10:16-20 Faraón clamaba por la presencia de Mosheh y Aarón. Mosheh hace tefilá (oración) a HaShem para que retire la plaga, con lo cual, mandó un viento que la arrastró. El corazón de Paró volvió a endurecerse y no dejó salir al Pueblo. “Y dijo el Eterno a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo y que haya oscuridad sobre la tierra de Egipto, y oscuridad palpable (más que la de la noche). Y Moisés extendió su mano hacia el cielo y hubo densa oscuridad en toda la tierra de Egipto, por tres días. Y no se veían los unos a los otros, ni nadie se levantó de su puesto durante tres días; y para todos los hijos de Israel había luz en sus habitaciones”. 10:21-23 La novena plaga correspondió a las tinieblas, que eran tan densas como piedra, lo cual, impidió que los egipcios pudieran moverse. Tuvo una duración de tres días con sus noches. Solo afectó a los egipcios. “Y el Faraón llamó a Moisés y dijo: Id, servid al Eterno; queden solamente vuestro ganado menor y vuestro ganado mayor; vuestras criaturas también irán con vosotros. Y Moisés dijo: También tú has de darnos sacrificios y holocaustos para que los ofrezcamos al Eterno, nuestro Elohay. Y también nuestro ganado ha de ir con nosotros; no quedará ni una pezuña, porque de él hemos de tomar para servir al Eterno, nuestro Elohay, y nosotros no salimos cómo serviremos al Eterno hasta que lleguemos allá”. 10:24-26 Paró le dice que pueden ir todos, excepto sus animales, pero Mosheh le explica que deberán ir con los animales también, incluso irán con los animales de los egipcios. “Y endureció el Eterno el corazón del Faraón, y él no quiso dejarlos ir. Y el Faraón le dijo: ¡Vete de mi presencia! ¡Guárdate de volver a ver mi rostro, porque el día en que vieres mi rostro, morirás! Y Moisés respondió: Bien has dicho; no seguiré más viendo tu rostro”.10:27-29 Paró le ordena a Mosheh que se retire de su presencia, que no desea volver a verlo, porque lo matará. Mosheh le contesta que así como él dice, se hará, que nunca volverá a verlo. “El Eterno dijo (había dicho) a Moisés: Todavía tengo que enviar una plaga más sobre el Faraón y sobre Egipto, después de la cual él os dejará ir de aquí; cuando os envíe, definitivamente os expulsará de aquí. Habla pues en presencia del pueblo; que cada hombre pida a su compañero (egipcio), y cada mujer a su compañera, objetos de plata y objetos de oro. Y el Eterno dio al pueblo gracia a ojos de los egipcios; y también el varón Moisés era muy grande, en la tierra de Egipto, a los ojos de los siervos del Faraón y a los ojos del pueblo”. 11:1-3 HaShem le dice a Moshéh que habrá una plaga más, la décima, que corresponderá a la muerte de los primogénitos. Luego de ella, podrán salir de Egipto, como le fue prometido a Abraham, que trabajarían por espacio de 400 años, luego de los cuales saldrían con riqueza y recibirán la Torah 50 días después. La riqueza material, estaba compuesta por oro, plata, dinero, etc. El Pueblo de Israel, supo donde guardaban las riquezas los egipcios, durante la plaga de la oscuridad. Los benei Israel pidieron la riqueza a los egipcios que trataban de engañarlos con lo que tenían, pero no pudieron hacerlo, pues los hebreos conocían muy bien cuanto y donde era el paradero de las mismas. Recordemos que el 80% del Pueblo judío, pereció en la plaga de la oscuridad, debido a que no confió en HaShem y en su siervo Mosheh. Estos fueron sepultados durante la plaga de oscuridad, evitando así que se supiera de este acontecimiento. “Y Moisés dijo: Así ha dicho el Eterno: Como a media noche saldré en medio de Egipto, morirá todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito del Faraón que habría de sentarse sobre su trono, hasta el primogénito de la esclava que está tras la piedra de moler, y todo primogénito de las bestias". Y habrá gran clamor en toda la tierra de Egipto, como nunca lo ha habido y como nunca lo habrá. Mas ni un perro moverá su lengua contra ninguno de los hijos de Israel, ni contra hombre ni contra bestia, para que sepáis que el Eterno hace distinción entre los egipcios e Israel. Y descenderán a mí todos estos tus siervos y se prosternarán delante de mí diciendo: "Sal tú con todo el pueblo que te sigue", y después de esto saldré. En seguida salió de la presencia del Faraón con encendida ira”. 11:4-8 Mosheh dice en este pasuj (verso), “Como a media noche”. No da una hora precisa, para evitar que los brujos de Paró, pudieran adelantarse a la orden de HaShem de matar a los primogénitos. Las plagas han sido originadas tanto por Mosheh como por Aarón, pero esta última plaga es de HaShem. ÉL matará a los primogénitos de Egipto. Faraón tiene muchas mujeres, con las cuales ha tenido hijos, por lo tanto, tiene muchos primogénitos que morirán durante esta última plaga de muerte. Hubo un clamor muy fuerte, y acusaciones hacia Paró por dichas muertes. HaShem les explica a los benei Israel que nadie los molestará al salir de Egipto, ni siquiera los perros ladrarán. Será una salida apresurada, pero en paz. “Y el Eterno dijo a Moisés: No os escuchará el Faraón, a fin de que se multipliquen mis maravillas en la tierra de Egipto. Y Moisés y Aarón hicieron todas estas maravillas delante del Faraón, y el Eterno endureció el corazón del Faraón, y él no dejó ir de su tierra a los hijos de Israel”. 11:9,10 Faraón salió a la calle en pijama esa noche de dolor, clamando por Mosheh y Aarón. Antes les había advertido que no quería volver a verlos, pero debido al dolor tan grande, desea su ayuda. El Midrash, nos cuenta que los niños judíos jugaban diciendo, “No, Mosheh, no está por allá, está en ese lugar”. Otros decían, “No, él no está…” Se burlaban, mofándose de él. Lo remedaban, degradándolo en su investidura y sabiduría. Por los méritos de Mosheh, Aarón y sus milagros, HaShem mande pronto al Mashiah Ben David, quien hará mayores milagros que los que subo en esa época, y se construya el tercer Santuario o Templo de Yerushalayim. Que termine pronto la guerra en Israel. Amén, Ken Yehí Ratson. Shabat Shalom! Quienes necesiten contactarse con tú servidora Cielo Yazmin Arteaga 🔯 La Loto 🌼 para cita, consulta, conversión, etc., por favor hacerlo al número de WhatsApp: 972 52 750 4432 . Gracias.

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